Los movimientos sociales e indígenas de la región andina del continente americano, particularmente en Bolivia y Ecuador, han dado inicio durante la última década a un periodo de movilizaciones y transformaciones políticas y económicas de profundas imbricaciones geopolíticas.
Estos procesos emancipatorios plantean rupturas con las anteriores estructuras coloniales, patriarcales y neoliberales, defendiendo una nueva estructura de estado. En esta reformulación y propuesta de un estado plurinacional apela a un ejercicio de democracia incluyente y con su voluntad integradora de aquellas diversidades históricamente marginadas.
Sin embargo, las asambleas constituyentes o la aprobación popular de las nuevas constituciones plurinacionales no aseguran en la práctica la existencia real de un estado plurinacional. La realidad no cambia únicamente por una nueva constitucion, por muchas rupturas epistemológicas que esta proponga. La sociedad debe apropiarse de lo que significa la constitución, asumiendola como un proyecto de vida en común para de esa forma poder construir otro modelo de estado, otro modelo territorial y otro modelo económico.
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